sábado, 16 de noviembre de 2013

Dejá de Normalizar el ASesinato, las Violencias, el Abuso, los Maltratos #Plantónacional21Nov CONTRA LA IMPUNIDAD DE LOS FEMINICIDIOS: SOLIDARIDAD CON BUENAVENTURA


La Red de mujeres contra las violencias hacia las mujeres del distrito de Buenaventura ha organizado con el apoyo de varios colectivos de Cali, Medellín y Bogotá, un PLANTÓN NACIONAL el jueves 21 de noviembre a las 2 pm frente a las fiscalías de cada ciudad, con motivo del número alarmante de FEMINICIDOS perpetrados en Buenaventura y de su total impunidad. 

Fuera de la EMERGENCIA HUMANITARIA que se vive en Buenaventura y de la perpetua desatención del Estado para con su población, una "nueva" modalidad de violencia ha venido sembrando el terror entre las mujeres: violación, tortura, desmembramiento, asesinato y desaparición. Desde el año 2011 se han denunciado estos crímenes y la INDIFERENCIA es la respuesta de las instituciones, la justicia y la sociedad en general. La escalada del conflicto armado y la intención de las bandas emergentes de retomar el control del puerto pareciera combinarse con el desprecio por la vida de las mujeres en el ámbito doméstico o de pareja.  

Según la arquidiócesis, en el 2011 fueron asesinadas 38 mujeres entre los 15 y los 35 años de edad. Más del 50% de los crímenes fueron atribuidos a miembros de las bandas emergentes que fuerzan a las mujeres, adolescentes y niñas, a ser sus compañeras sentimentales. También las utilizan como informantes y, una vez “saben mucho”, las matan. Lo mismo sucede si no ceden ante presiones sexuales. Y otros varios feminicidios ocurren a manos de las parejas de las víctimas.

Es lamentable que en varios casos, las víctimas hayan acudido a las autoridades a denunciar a los agresores y a pedir protección. Como sucedió con Mayra Alejandra Díaz, quien lo hizo en 5 ocasiones. Temiendo por su vida, fue una y otra vez a la Comisaría, a la Fiscalía y al Inmclf, pero la única protección que recibió por parte del Estado fue un acta de compromiso. 21 días después fue asesinada.

De acuerdo a las información manejada por de las mujeres organizadas en redes, ya van 12 mujeres y una niña asesinadas en Buenaventura este año:

  • María José Obregón, de 4 años de edad, estaba viendo televisión en casa con su abuela en el barrio Caldas. Le dispararon desde afuera.
  • Dalila Quiñonez fue asesinada junto con su compañero sentimental.
  • Nidia Yadira Rodríguez
  • María Luisa Espinosa fue asesinada por su esposo en el barrio Cristobal Colón.
  • Marley Yulisa Ramírez fue asesinada en el barrio Eucarístico.
  • María Nérida Holguín, minera del Dagua, recibió 12 machetazos.
  • Jenny Edith Belalcázar, habitante de calle, fue asesinada a balazos. 
  • Estela Cortez Vásquez, docente del río Anchicayá de 48 años de edad, fue asfixiada y egollada, y luego puesta en una bolsa.
  • Claudia Patricia Quiñónez de 31 años de edad, fue encontrada degollada en el barrio Juan XXIII. Había desaparecido hacía algunos días.
  • Verónica Cardona, indígena naza embera chamí.
  • Ángela Arboleda, de 30 años, trabajaba en una carnicería. Fue asfixiada por su esposo.
  • Epifania Mondragón fue asesinada por su compañero sentimental, quien luego se suicidó.
  • Gina Alexandra Velásquez, comerciante de 27 años de edad, murió en días recientes. 

Otras están hospitalizadas por golpes y puñaladas. Cantidades de mujeres han sido amenazadas de muerte y muchas otras están reportadas como desaparecidas, entre ellas la líder y presidenta de la Junta Comunal del río Cajambre, Ana Julia Rentería.  

Ni las que sobreviven al maltratato físico y verbal, ni aquellas que han sido abusadas sexualmente, reciben atención sicológica y sicosocial, mucho menos clínica. Esta situación prolonga los duelos y arruina el autoestima de las mujeres. Una de ellas comenta: “Como dicen nuestras viejas, toca hacer de tripas corazón para sonreír, arreglarnos, salir a las calles y hasta para enamorarnos ya que podemos estar durmiendo con el enemigo”.

Este tipo de violencia tiene unas motivaciones específicas y mensajes contundentes con los que se busca diezmar los liderazgos comunitarios y culturales de las comunidades afrocolombianas asentadas en el puerto, así como su capacidad de resistir y organizarse. Las repercusiones son gravísimas pero ante el miedo, gran parte de la población prefiere mantenerse en silencio, lo que explica que las cifras reportadas estén muy por debajo de la realidad. Y aún en los casos en que se denuncia, no existen investigaciones formales pues, las autoridades judiciales, la Alcaldía y la Fuerza Pública siguen excusando la violencia sistemática que acecha a las mujeres de Buenaventura diciendo que se trata de casos aislados de orden pasional, ignorando que, independiente de los motivos de quien delinque, éstos constituyen delitos graves que deben ser repudiados, investigados y castigados. 

Ante estas realidades nos preguntamos: ¿Por qué no nos duele Buenaventura? ¿Por qué la indiferencia frente a estos crímenes? ¿Por qué no se denuncian con la misma fuerza que se denuncia la violación de una mujer en Andrés Carne de Res las múltiples violaciones y violencias contra las mujeres de Buenaventura? ¿Dónde están los medios? ¿Dónde la indignación y la solidaridad?  

En vista de la poca atención que ha prestado la justicia a los feminicidios acaecidos en Buenaventura y de su consecuente impunidad, la Red de mujeres contra las violencias hacia las mujeres del distrito de Buenaventura ha decidido convocar a todxs lxs colombianxs a protestar delante del ente investigador –la Fiscalía– y proclamar: ¡Ni una más! El asesinato cruel e inhumano de las mujeres no es asunto exclusivo de las mujeres.

¿POR QUÉ NO DUELE BUENAVENTURA? FEMINICIDIO, RACISMO, ETNOCIDIO E IMPUNIDAD #PlantónNacional21deNoviembre

La Red de mujeres contra las violencias hacia las mujeres del distrito de Buenaventura  con el apoyo de varios colectivos de Cali, Medellín y Bogotá, CONVOCA AL PLANTÓN NACIONAL el jueves 21 de noviembre a las 2pm frente a las fiscalías de cada ciudad, con motivo del número alarmante de FEMINICIDOS perpetrados en Buenaventura y de su total impunidad. 

Fuera de la EMERGENCIA HUMANITARIA que se vive en Buenaventura y de la perpetua desatención del Estado para con su población, una "nueva" modalidad de violencia ha venido sembrando el terror entre las mujeres: violaciones, tortura, desmembramiento, asesinato y desaparición. Desde el año 2011 se han denunciado estos crímenes y la INDIFERENCIA con la que responden las instituciones, la justicia y la sociedad en general. La escalada del conflicto armado y la intención de las bandas emergentes de retomar el control del puerto pareciera combinarse con el desprecio por la vida de las mujeres en el ámbito doméstico o de pareja.

Según la arquidiócesis, en el 2011 fueron asesinadas 38 mujeres entre los 15 y los 35 años de edad. Más del 50% de los crímenes fueron atribuidos a miembros de las bandas emergentes que fuerzan a las mujeres a ser sus compañeras sentimentales, incluso a las niñas y adolescentes. También las utilizan como informantes y una vez “saben mucho”, las matan. Lo mismo sucede si no ceden ante presiones sexuales. Otros varios feminicidios ocurren a manos de las parejas de las víctimas.

Es lamentable que en varios casos, las víctimas acuden a las autoridades a denunciar a los agresores y a pedir protección. Mayra Alejandra Díaz lo hizo en 5 ocasiones. Temiendo por su vida, fue una y otra vez a la Comisaría, a la Fiscalía y al Inmclf, pero la única protección que recibió por parte del Estado fue un acta de compromiso. 21 días después fue asesinada.

Antes de morir, Lina de 15 años fue violada y torturada. Sus genitales fueron perforados por un palo. Mónica, de 17 años, no solo fue violada y torturada sino que murió degollada.

Según las cuentas de las mujeres organizadas en redes, ya van 12 mujeres y una niña asesinadas en Buenaventura este año:
  • María José Obregón, de 4 años de edad, estaba viendo televisión en casa con su abuela en el barrio Caldas. Le dispararon desde afuera.
  • Dalila Quiñonez fue asesinada junto con su compañero sentimental.
  • Nidia Yadira Rodríguez
  • María Luisa Espinosa fue asesinada por su esposo en el barrio Cristobal Colón.
  • Marley Yulisa Ramírez fue asesinada en el barrio Eucarístico.
  • María Nérida Holguín, minera del Dagua, recibió 12 machetazos.
  • Jenny Edith Belalcázar, habitante de calle, fue asesinada a balazos. 
  • Estela Cortez Vásquez, docente del río Anchicayá de 48 años de edad, fue asfixiada y degollada, luego puesta en una bolsa.
  • Claudia Patricia Quiñónez de 31 años de edad, fue encontrada degollada en el barrio Juan XXIII. Había desaparecido hacía algunos días.
  • Verónica Cardona, indígena naza embera chamí.
  • Ángela Arboleda, de 30 años, trabajaba en una carnicería. Fue asfixiada por su esposo.
  • Epifania Mondragón fue asesinada por su compañero sentimental, quien luego se suicidó.
  • Gina Alexandra Velásquez, comerciante de 27 años de edad, murió en días recientes. 

Otras están hospitalizadas por golpes y puñaladas. Cantidades de mujeres han sido amenazadas de muerte y muchas otras están reportadas como desaparecidas, entre ellas la líder y presidenta de la Junta Comunal del río Cajambre, Ana Julia Rentería.  

Las que logran sobrevivir, como fue el caso de una mujer de 45 años de edad a quien el 15 de noviembre de 2012 un hombre le propinó once disparos por negarse a acompañarlo a un balneario, y todas aquellas que han sido abusadas sexualmente o maltratadas física o verbalmente, no reciben atención sicológica ni sicosocial, mucho menos clínica. Tampoco sus familiares. Esta situación prolonga los duelos y arruina el autoestima de las mujeres. Una de ellas comenta: “Como dicen nuestras viejas, toca hacer de tripas corazón para sonreír, arreglarnos, salir a las calles y hasta para enamorarnos ya que podemos estar durmiendo con el enemigo”.

Este tipo de violencia tiene unas motivaciones específicas y mensajes contundentes con los que se busca diezmar los liderazgos comunitarios y culturales de las comunidades afrocolombianas asentadas en el puerto así como su capacidad de resistir y organizarse. Las repercusiones son gravísimas pero ante el miedo, gran parte de la población prefiere mantenerse en silencio, por lo que las cifras reportadas suelen estar muy por debajo de la realidad. No hay investigaciones al respecto y la Alcaldía y la Fuerza Pública siguen excusando la violencia sistemática que acecha a las mujeres de Buenaventura diciendo que se trata de casos aislados de orden pasional, que no por ello dejan de constituir delitos graves que deben ser repudiados, investigados y castigados, pues siguen cobrando más y más vidas.

Colombia recauda en pocas horas donaciones cuantiosas y envía toneladas de containers a los damnificados de otros países que salen por el puerto de Buenaventura. Pero allí mismo, en la ciudad puerto, hay más de 500.000 desplazados internos, el desabastecimiento de agua es cada vez más grave, y como lo expresa alguien: “a la gente que no la matan las balas la mata el hambre y la angustia”. ¿Por qué no nos duele Buenaventura? ¿Por qué no se denuncian con la misma fuerza que se denuncia la violación de una mujer en Andrés Carne de Res las múltiples violaciones y violencias contra las mujeres de Buenaventura? ¿Dónde están los medios? ¿Dónde la indignación y la solidaridad?  


En vista de la poca atención que ha prestado la justicia a los feminicidios acaecidos en Buenaventura y de su consecuente impunidad, la Red de mujeres contra las violencias hacia las mujeres del distrito de Buenaventura ha decidido convocar a todxs lxs colombianxs a protestar delante del ente investigador –la Fiscalía– y proclamar: ¡Ni una más! El asesinato cruel e inhumano de las mujeres no es asunto exclusivo de las mujeres.