domingo, 3 de marzo de 2013

22 DE OCTUBRE DE 2012



La identidad racial blanca y el anti-racismo  en la educación: Un catalizador para cambio
Por Sandra M. Lawrence y Beverly Daniel Tatum
Para la gente blanca, el proceso requiere que se den cuenta de su “blancura,” que acepten este aspecto de su identidad propia como socialmente de mucho significado y personalmente importante, y por último que incorporen una opinión realista positiva de la blancura que no se base en supuesta superioridad.
 Helms (1995) ha identificado seis estados de identidad (anteriormente llamados etapas) que caracterizan el patrón de la persona blanca al responder a situaciones raciales en su ambiente. Aunque una persona puede usar más de una estrategia o patrón al responder a situaciones raciales, un modelo generalmente predomina.
El primer estado, contacto, es mejor descrito como una falta de atención. Ser blanco es visto como un estado “normal” de ser sobre el cual rara vez se reflexiona, y los privilegios asociados con ser blanco simplemente se dan por hechos. Un cambio de dirección de este modelo al segundo estado, desintegración, es a menudo precipitado por el incremento de las interacciones con gente de color y/o con la exposición a nueva información acerca de la realidad del racismo, elevando el conocimiento del privilegio racial blanco y de las desventajas sistemáticas experimentadas por la gente de color.
Este mayor conocimiento a menudo se acompaña de sentimientos de culpabilidad, ira y tristeza. Estas emociones pueden llevar a negar y a resistir este nuevo conocimiento, pero también pueden ser catalistas para acción. La gente que opera desde este punto de vista frecuentemente trata de convertir” a los demás a su nuevo modo de pensar. Tales acciones no siempre son bien recibidas y los individuos pueden sentir considerable  presión social para “ignorar” el racismo, y para mantener el statu quo (no cambiar el estado de las cosas).
El desconcierto del proceso de aprendizaje y el temor del aislamiento social pueden resultar en un salto psicológico al tercer estado, reintegración. Los sentimientos de culpabilidad y de negación pueden ser transformados en temor e ira hacia la gente de color. La estrategia de “culpar a la víctima” con resentimiento puede usarse para evitar tratar con el tema desconcertante del racismo, así como para evitar la lucha para abandonar las suposiciones racistas y para definir una nueva identidad antirracista.
Sin embargo, un mayor desarrollo generalmente tiene lugar si uno continua haciendo un examen personal de estos temas. El cuarto estado, pseudo independencia, se marca por un entendimiento intelectual de la injusticia del racismo como un sistema de ventaja y por reconocer la necesidad de asumir responsabilidad personal para desmantelarlo. El individuo puede buscar distanciarse de otras gentes blancas, y activamente buscar relacionarse con gente de color como una manera de reducir el aislamiento social experimentado anteriormente. Estas interacciones interraciales pueden elevar el conocimiento del individuo acerca de la necesidad de examinar activamente y redefinir el significado de su propia blancura.
Este proceso de redefinición es vital para el quinto estado, inmersión/reaparición. El individuo en busca activa de respuestas a las preguntas, ”¿Quién soy yo racialmente? ¿Qué significa realmente ser blanco en la sociedad?,” necesita información acerca de los aliados blancos, aquella gente blanca que ha trabajado en contra del racismo, como modelos y guías para una nueva forma de pensar acerca de la identidad blanca (Tatum, 1994).
El último estado, autonomía, representa la incorporación (internalization) de una identidad racial blanca positiva y se demuestra por medio de un intenso cometido a actividades antirracistas, una autoexaminación continua y un aumento en efectividad interpersonal en ambientes multirraciales. Aunque éste se ha descrito como el último estado, es importante notar que un individuo puede perar desde más de un estado en un momento dado, y el estado.
predominante varía dependiendo de la situación específica. Sin embargo, al tiempo en que las experiencias interraciales de cada uno aumentan y el entendimiento del racismo se profundiza, los últimos estados serán más bien los que den forma al comportamiento del individuo. Ya que la ideología de la superioridad racial blanca se encuentra tan enraizada en nuestra cultura, el proceso de “desaprender el racismo” es una jornada que tenemos que continuar por el resto de nuestras vidas.

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