miércoles, 1 de mayo de 2013

Cine foro y la discusión alrededor de la película Pariah

 por Klara Hellebrandova
 
Construyendo identidad y procesos de resistencia frente a la intersección de sistemas de opresión



Evento: Ciclo de Cine Foro Stonewall – fecha 4ª-Pariah (invitadas colectivo de feminismo afrodiaspórico)
Lugar: Universidad Javeriana
Fecha: martes, 23 de abril 2013

Introducción:
El martes 23 de abril 2013 varias de las mujeres del colectivo asistieron al Ciclo de Cine Foro Stonewall – fecha 4ª-Pariah en la Universidad Javeriana. El colectivo presentó la película Pariah escogida por su temática: las mujeres negras lesbianas (en este caso en EEUU) y el cruce de la raza con la diversidad sexual y de género.
Después de la película, tres mujeres del colectivo: Tatiana, Yaya y María Elena presentaron el colectivo y la película y abordaron varios temas importantes, tales como: la representación de las mujeres negras, y de las mujeres negras lesbianas en específico, en el cine; la construcción histórica de la mujer negra (la co-construcción de la raza y del género) y la necesidad de deconstruir el concepto de la mujer y de la feminidad (históricamente construido como blanco), lo que implica atacar el racismo; la co-construcción del racismo  y de la sexualidad, el racismo estructural y la circulación de las prácticas racistas y su analogía con los temas de la prisión y del closet.
Una vez terminada la presentación empezó una discusión con el público que Tati lanzó a partir de la pregunta sobre qué es Pariah. Dado que las presentaciones fueron bien logradas (sintéticas pero complejas y completas) la discusión – que fue bastante animada -  giró básicamente alrededor de temas abordados en las presentaciones.
Tanto en la presentación, como en el debate algunos temas se volvieron más recurrentes y se discutieron desde varios puntos de vista y analíticos. Por lo tanto, en vez de tratar cada una de las presentaciones[1], preguntas y respuestas por separadas, proponemos recoger las intervenciones según los grandes temas abordados que giraban alrededor de un tema central: la construcción de identidad y resistencia frente a la intersección de los sistemas de opresión.
I)                    La necesidad de pensar el género y lo sexual en relación con la raza
Como bien lo mostraron Yaya y Mae en sus presentaciones iniciales, las mujeres negras tienen que ser pensadas dentro del contexto del proceso de esclavitud y del racismo estructural que se sigue reproduciendo a través de la circulación de prácticas racistas en todos los niveles. Eso implica, pensar a las mujeres negras desde la co-construcción intrínseca de la raza, género y sexualidad. Pues, históricamente la feminidad – asociada con la fragilidad, la pasividad sexual etc. – se ha construida como blanca, mientras que a las mujeres negras – desde la animalización de las personas esclavizadas – se las ha construido por fuera de este marco. Por lo tanto, tal como lo subrayó Yaya refiriéndose a un apartado del discurso de Sojourner Truth[2], las mujeres negras no encajan con el concepto de la mujer tal como se entiende desde esta construcción histórica racializada. En este punto es interesante la paralela que Yaya hizo con las mujeres lesbianas en general, pues ellas tampoco corresponden al concepto de la feminidad históricamente construido como heterosexual[3].
A pesar de esta paralela, como bien lo mostró Mae, no es lo mismo ser mujer blanca lesbiana y mujer negra lesbiana. No es lo mismo por la misma co-construcción de la raza-género-sexualidad que marca, históricamente a partir del proceso de esclavización[4], a las personas negras como hipersexualizadas y heterosexuales. Por lo tanto, y dentro de este continuum racista, la homosexualidad – a pesar de que no sea aceptada – se piensa como blanca.
Desde el público surgieron diferentes tipos de reacciones y respuestas frente a este tema. Para algunos parecía ser difícil entenderlo, pues se argumentó por ejemplo que en la película se hubiera podido “cambiar el color a los personajes” porque lo racial y el racismo no se percibían. Sin embargo, otros[5] pensaron la realidad de los personajes pero también la de las personas colombianas y la suya desde esta intersección apuntando no solamente al hecho de que todos somos cruzados por la raza, aunque de manera diferente obviamente, pero también a las diferentes posiciones y privilegios que estos sistemas de opresión (racista, heterosexista, clasista etc.) nos brindan y que influencian nuestras posibilidades de enfrentarlos. Con ello se reaccionó a otro tema intrínsecamente vinculado, que fue la identidad y su manejo frente estos sistemas de opresión.
En este sentido se abordó también el tema de los movimientos y sus incoherencias internas que mantienen y reproducen los diferentes sistemas de opresión. Por ejemplo, frente al movimiento LGBT se señaló que sigue siendo profundamente racistas, clasista, heterosexista y heteronormativo. De allí que lo que se intenta hacer desde el colectivo y a lo que apuntaba la misma sesión del cineforo sigue siendo un proceso poco abordado y hay que introducirlo dentro de los movimientos sociales si estos pretenden luchar contra las opresiones.
Tal como lo propuso Yaya, “la clave del éxito [en esta lucha contra las opresiones] es encontrarnos en la diversidad”.

II)                  “Encontrarnos en la diversidad”: politización de la identidad, resistencia y reconocimiento de los privilegios
El debate sobre el racismo y los sistemas de opresión estuvo estrechamente vinculado con otros temas: la identidad y la resistencia. De hecho el tema de la identidad surgió desde dos puntos diferentes: por un lado en varias ocasiones se sugirió que la identidad va más allá de identificarnos como “mujeres” “negras” “lesbianas” etc. y por lo tanto hay que pensarnos más ampliamente y más “personalmente”. Dicho de otra manera, la identidad nos permitiría en diferentes situaciones resaltar diferentes aspectos de lo que somos y así evitar el aspecto “molesto” de la identidad (“cuando llego a mi casa no soy gay, soy hijo, amigo”). Esta propuesta era íntimamente vinculada a la protesta contra la victimización: pues se  propuso dejar de presentarnos como víctimas y empezar a cambiar desde lo personal.
Sin embargo, como lo mostró el debate que siguió a partir de estas propuestas, en un contexto de opresión, específicamente la opresión de raza, género y sexualidad que se co-construyen, si bien es posible no asumir la identidad sexual como política por ejemplo, no es posible luchar contra estos sistemas sin definirse a partir de ellos. En palabras de Mae, aunque la identidad es múltiple y dinámica, por estar vinculadas con estos sistemas de opresión, algunas identidades se negocian antes que otras porque tienen impactos materiales importantes, tales como ser mujer por ejemplo o ser mujer negra o ser mujer negra lesbiana. Así, tal como lo aclaró Maryluz, es absolutamente necesario seguir hablando de la esclavitud no para revictimizarse o para revictimizar a las personas afrodescendientes pero para darnos cuenta de dónde venimos y por lo tanto a donde vamos o a donde podemos ir. Mary apuntó a una cosa importante y es que esta resistencia a visibilizar esta identidad histórica y el llamado a “dejar de ser víctimas” o “actuar más desde lo personal” está conectado con todo eso y por lo tanto es político también y surge dentro de la reproducción de los sistemas de opresión. Pues, hablar del pasado es doloroso para las personas descendientes de las personas esclavizadas pero también para los victimarios y sus descendientes. Sin embargo, sin que se de esta discusión y se visibiliza su impacto persistente sobre las relaciones sociales y la distribución de poder, no se hace más que reproducir los diferentes sistemas de opresión.  Además no es suficiente recordarlo y visibilizarlo. Lo que hay que visibilizar -  para deconstruir – son los privilegios que surgen para una parte de la población, privilegios de género, de raza o de clase (que dada la co-construcción de estas categorías están vinculados). En esta perspectiva, la identidad es intrínsecamente política y afirmarla es una forma de resistencia y de transformación.
Así, para sintetizar se apuntó de que hay que tener en cuenta y transformar tres procesos vinculados a la construcción de la identidad: el riesgo de la victimización – en el sentido de asimilar los estereotipos sobre las identidades raciales, de género, sexuales y otras. En este sentido queda claro que a lo que se apuntaba antes no era la victimización sino la resistencia en forma de construcción de una identidad política frente a los sistemas de opresión. El segundo punto sería la revictimización, en el sentido de que hay que tener cuidado a no reproducir los estereotipos y la victimización de algunas personas por ejemplo a través de uso de los eufemismos: “negrito”, “pobre” “mujer” porque con ellos se participa en la reproducción de los sistemas de opresión que jerarquizan a las personas. Y finalmente, que hay que seguir denunciando, pues aunque en algunos espacios hubo una evolución y cierta transformación de percepciones y prácticas, eso no es un fenómeno amplio, pues la sociedad sigue profundamente atravesada por estos sistemas y por lo tanto hay que seguir denunciándolos para transformarlos.

Conclusión:
La intervención del colectivo en el ciclo de cineforo se puede evaluar como muy positiva en el sentido de que se logró presentar e introducir un tema (la intersección entre la raza y la sexualidad y el género) que probablemente no se había pensado mucho por los participantes al foro pero que se pensó y discutió de manera amplia y reflexiva durante el debate. Así, tomando en cuenta que se trata de temas complejos y no tan fáciles para entender cuando uno no se lo había pensado antes (tal como lo apuntó Rossih en otra discusión), lo que se logró fue cuestionar los planteamientos que tiene el movimiento LGBT pero también los planteamientos personales a través del prisma racial invisibilizado y naturalizado dentro de la misma lógica racista.
Las reacciones del público nos permitieron ver que en muchos casos las interpretaciones de la situación de las personas negras – en este caso específicamente de las mujeres negras lesbianas – se hace desde la perspectiva “blanca” que no toma en cuenta el efecto de la raza y del racismo. Sin embargo, la discusión permitió introducir este tema y mostrar que a pesar de la invisibilización que tiene que ver con la reproducción de los privilegios, la situación de todos está atravesada por la raza (tal como lo dijo una de las participantes en el público) y por lo tanto cualquier lucha (que son diversas) tiene que tomarla en cuenta si quiere ser coherente y tener el poder de transformar. 




[1] Para ello será más útil y preciso leer los textos de Yaya, Mae y Tati
[2] "Ese hombre de allí dice que las mujeres necesitan ayuda al subirse a los carruajes, al cruzar las zanjas y que deben tener el mejor sitio en todas partes. ¡Pero a mí nadie me ayuda con los carruajes, ni a pasar sobre los charcos, ni me dejan un sitio mejor! ¿Y acaso no soy yo una mujer? ¡Miradme! ¡Mirad mi brazo! He arado y plantado y cosechado, y ningún hombre podía superarme. ¿Y acaso no soy yo una mujer? (...) He tenido trece hijos, y los vi vender a casi todos como esclavos, y cuando lloraba con el dolor de una madre, ¡nadie, sino Jesús me escuchaba! ¿Y acaso no soy yo una mujer?  "

[3] Concepto que retoma la mama de Alike dentro del cual, busca a reforzar la feminidad de Alike y al contrario reducir la de su hija menor, lo que tiene que ver con el imaginario hipersexualizado sobre las mujeres negras.
[4] Y por razones de dominación y explotación económica y sexual
[5] Específicamente una persona que hizo apuntes muy valiosos

No hay comentarios:

Publicar un comentario