por Klara Hellebrandova
Construyendo identidad y procesos de resistencia frente a la intersección de sistemas de opresión
Evento: Ciclo de Cine Foro Stonewall – fecha 4ª-Pariah (invitadas colectivo
de feminismo afrodiaspórico)
Lugar: Universidad Javeriana
Fecha: martes, 23 de abril 2013
Introducción:
El martes 23 de abril 2013 varias de las mujeres
del colectivo asistieron al Ciclo de Cine Foro Stonewall – fecha 4ª-Pariah en
la Universidad Javeriana. El colectivo presentó la película Pariah escogida por
su temática: las mujeres negras lesbianas (en este caso en EEUU) y el cruce de
la raza con la diversidad sexual y de género.
Después de la película, tres mujeres del
colectivo: Tatiana, Yaya y María Elena presentaron el colectivo y la película y
abordaron varios temas importantes, tales como: la representación de las
mujeres negras, y de las mujeres negras lesbianas en específico, en el cine; la
construcción histórica de la mujer negra (la co-construcción de la raza y del
género) y la necesidad de deconstruir el concepto de la mujer y de la feminidad
(históricamente construido como blanco), lo que implica atacar el racismo; la
co-construcción del racismo y de la
sexualidad, el racismo estructural y la circulación de las prácticas racistas y
su analogía con los temas de la prisión y del closet.
Una vez terminada la presentación empezó una
discusión con el público que Tati lanzó a partir de la pregunta sobre qué es
Pariah. Dado que las presentaciones fueron bien logradas (sintéticas pero
complejas y completas) la discusión – que fue bastante animada - giró básicamente alrededor de temas abordados
en las presentaciones.
Tanto en la presentación, como en el debate
algunos temas se volvieron más recurrentes y se discutieron desde varios puntos
de vista y analíticos. Por lo tanto, en vez de tratar cada una de las
presentaciones[1],
preguntas y respuestas por separadas, proponemos recoger las intervenciones
según los grandes temas abordados que giraban alrededor de un tema central: la
construcción de identidad y resistencia frente a la intersección de los
sistemas de opresión.
I)
La necesidad de pensar el género y lo
sexual en relación con la raza
Como bien lo mostraron Yaya y Mae en sus
presentaciones iniciales, las mujeres negras tienen que ser pensadas dentro del
contexto del proceso de esclavitud y del racismo estructural que se sigue
reproduciendo a través de la circulación de prácticas racistas en todos los
niveles. Eso implica, pensar a las mujeres negras desde la co-construcción
intrínseca de la raza, género y sexualidad. Pues, históricamente la feminidad –
asociada con la fragilidad, la pasividad sexual etc. – se ha construida como
blanca, mientras que a las mujeres negras – desde la animalización de las
personas esclavizadas – se las ha construido por fuera de este marco. Por lo
tanto, tal como lo subrayó Yaya refiriéndose a un apartado del discurso de
Sojourner Truth[2], las
mujeres negras no encajan con el concepto de la mujer tal como se entiende
desde esta construcción histórica racializada. En este punto es interesante la
paralela que Yaya hizo con las mujeres lesbianas en general, pues ellas tampoco
corresponden al concepto de la feminidad históricamente construido como heterosexual[3].
A pesar de esta paralela, como bien lo mostró Mae,
no es lo mismo ser mujer blanca lesbiana y mujer negra lesbiana. No es lo mismo
por la misma co-construcción de la raza-género-sexualidad que marca,
históricamente a partir del proceso de esclavización[4],
a las personas negras como hipersexualizadas y heterosexuales. Por lo tanto, y
dentro de este continuum racista, la homosexualidad – a pesar de que no sea
aceptada – se piensa como blanca.
Desde el público surgieron diferentes tipos de
reacciones y respuestas frente a este tema. Para algunos parecía ser difícil
entenderlo, pues se argumentó por ejemplo que en la película se hubiera podido
“cambiar el color a los personajes” porque lo racial y el racismo no se
percibían. Sin embargo, otros[5]
pensaron la realidad de los personajes pero también la de las personas
colombianas y la suya desde esta intersección apuntando no solamente al hecho
de que todos somos cruzados por la raza, aunque de manera diferente obviamente,
pero también a las diferentes posiciones y privilegios que estos sistemas de
opresión (racista, heterosexista, clasista etc.) nos brindan y que influencian
nuestras posibilidades de enfrentarlos. Con ello se reaccionó a otro tema
intrínsecamente vinculado, que fue la identidad y su manejo frente estos
sistemas de opresión.
En este sentido se abordó también el tema de los
movimientos y sus incoherencias internas que mantienen y reproducen los
diferentes sistemas de opresión. Por ejemplo, frente al movimiento LGBT se
señaló que sigue siendo profundamente racistas, clasista, heterosexista y
heteronormativo. De allí que lo que se intenta hacer desde el colectivo y a lo
que apuntaba la misma sesión del cineforo sigue siendo un proceso poco abordado
y hay que introducirlo dentro de los movimientos sociales si estos pretenden
luchar contra las opresiones.
Tal como lo propuso Yaya, “la clave del éxito [en
esta lucha contra las opresiones] es encontrarnos en la diversidad”.
II)
“Encontrarnos en la diversidad”:
politización de la identidad, resistencia y reconocimiento de los privilegios
El debate sobre el racismo y los sistemas de
opresión estuvo estrechamente vinculado con otros temas: la identidad y la
resistencia. De hecho el tema de la identidad surgió desde dos puntos
diferentes: por un lado en varias ocasiones se sugirió que la identidad va más
allá de identificarnos como “mujeres” “negras” “lesbianas” etc. y por lo tanto
hay que pensarnos más ampliamente y más “personalmente”. Dicho de otra manera,
la identidad nos permitiría en diferentes situaciones resaltar diferentes
aspectos de lo que somos y así evitar el aspecto “molesto” de la identidad
(“cuando llego a mi casa no soy gay, soy hijo, amigo”). Esta propuesta era
íntimamente vinculada a la protesta contra la victimización: pues se propuso dejar de presentarnos como víctimas y
empezar a cambiar desde lo personal.
Sin embargo, como lo mostró el debate que siguió a
partir de estas propuestas, en un contexto de opresión, específicamente la
opresión de raza, género y sexualidad que se co-construyen, si bien es posible
no asumir la identidad sexual como política por ejemplo, no es posible luchar
contra estos sistemas sin definirse a partir de ellos. En palabras de Mae,
aunque la identidad es múltiple y dinámica, por estar vinculadas con estos
sistemas de opresión, algunas identidades se negocian antes que otras porque
tienen impactos materiales importantes, tales como ser mujer por ejemplo o ser
mujer negra o ser mujer negra lesbiana. Así, tal como lo aclaró Maryluz, es
absolutamente necesario seguir hablando de la esclavitud no para revictimizarse
o para revictimizar a las personas afrodescendientes pero para darnos cuenta de
dónde venimos y por lo tanto a donde vamos o a donde podemos ir. Mary apuntó a
una cosa importante y es que esta resistencia a visibilizar esta identidad
histórica y el llamado a “dejar de ser víctimas” o “actuar más desde lo
personal” está conectado con todo eso y por lo tanto es político también y
surge dentro de la reproducción de los sistemas de opresión. Pues, hablar del
pasado es doloroso para las personas descendientes de las personas esclavizadas
pero también para los victimarios y sus descendientes. Sin embargo, sin que se
de esta discusión y se visibiliza su impacto persistente sobre las relaciones
sociales y la distribución de poder, no se hace más que reproducir los
diferentes sistemas de opresión. Además
no es suficiente recordarlo y visibilizarlo. Lo que hay que visibilizar - para deconstruir – son los privilegios que
surgen para una parte de la población, privilegios de género, de raza o de
clase (que dada la co-construcción de estas categorías están vinculados). En
esta perspectiva, la identidad es intrínsecamente política y afirmarla es una
forma de resistencia y de transformación.
Así, para sintetizar se apuntó de que hay que tener en cuenta y transformar
tres procesos vinculados a la construcción de la identidad: el riesgo de la
victimización – en el sentido de asimilar los estereotipos sobre las
identidades raciales, de género, sexuales y otras. En este sentido queda claro
que a lo que se apuntaba antes no era la victimización sino la resistencia en
forma de construcción de una identidad política frente a los sistemas de
opresión. El segundo punto sería la revictimización, en el sentido de que hay
que tener cuidado a no reproducir los estereotipos y la victimización de
algunas personas por ejemplo a través de uso de los eufemismos: “negrito”, “pobre”
“mujer” porque con ellos se participa en la reproducción de los sistemas de
opresión que jerarquizan a las personas. Y finalmente, que hay que seguir
denunciando, pues aunque en algunos espacios hubo una evolución y cierta
transformación de percepciones y prácticas, eso no es un fenómeno amplio, pues
la sociedad sigue profundamente atravesada por estos sistemas y por lo tanto
hay que seguir denunciándolos para transformarlos.
Conclusión:
La intervención del colectivo en el ciclo de cineforo se puede evaluar como
muy positiva en el sentido de que se logró presentar e introducir un tema (la
intersección entre la raza y la sexualidad y el género) que probablemente no se
había pensado mucho por los participantes al foro pero que se pensó y discutió
de manera amplia y reflexiva durante el debate. Así, tomando en cuenta que se
trata de temas complejos y no tan fáciles para entender cuando uno no se lo
había pensado antes (tal como lo apuntó Rossih en otra discusión), lo que se
logró fue cuestionar los planteamientos que tiene el movimiento LGBT pero
también los planteamientos personales a través del prisma racial invisibilizado
y naturalizado dentro de la misma lógica racista.
Las reacciones del público nos permitieron ver que en muchos casos las
interpretaciones de la situación de las personas negras – en este caso
específicamente de las mujeres negras lesbianas – se hace desde la perspectiva
“blanca” que no toma en cuenta el efecto de la raza y del racismo. Sin embargo,
la discusión permitió introducir este tema y mostrar que a pesar de la
invisibilización que tiene que ver con la reproducción de los privilegios, la
situación de todos está atravesada por la raza (tal como lo dijo una de las
participantes en el público) y por lo tanto cualquier lucha (que son diversas)
tiene que tomarla en cuenta si quiere ser coherente y tener el poder de
transformar.
[1] Para ello será más útil y preciso leer
los textos de Yaya, Mae y Tati
[2] "Ese
hombre de allí dice que las mujeres necesitan ayuda al subirse a los carruajes,
al cruzar las zanjas y que deben tener el mejor sitio en todas partes. ¡Pero a
mí nadie me ayuda con los carruajes, ni a pasar sobre los charcos, ni me dejan
un sitio mejor! ¿Y acaso no soy yo una mujer? ¡Miradme! ¡Mirad mi brazo! He
arado y plantado y cosechado, y ningún hombre podía superarme. ¿Y acaso no soy
yo una mujer? (...) He tenido trece hijos, y los vi vender a casi todos como
esclavos, y cuando lloraba con el dolor de una madre, ¡nadie, sino Jesús me
escuchaba! ¿Y acaso no soy yo una mujer? "
[3] Concepto que retoma la mama de Alike
dentro del cual, busca a reforzar la feminidad de Alike y al contrario reducir
la de su hija menor, lo que tiene que ver con el imaginario hipersexualizado
sobre las mujeres negras.
[4] Y por razones de dominación y explotación
económica y sexual
[5] Específicamente una persona que hizo
apuntes muy valiosos
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